El maíz argentino cierra el año con señales alentadoras desde el punto de vista sanitario.

El 32º informe de la Red Nacional de Monitoreo de Dalbulus maidis, basado en capturas realizadas entre el 30 de noviembre y el 15 de diciembre, confirma que el maíz temprano ya superó el período crítico de susceptibilidad al Spiroplasma y que las principales regiones productoras muestran un escenario de marcada estabilidad, con detecciones prácticamente nulas del insecto vector.

El relevamiento nacional indica que, más allá de algunos focos puntuales que requieren seguimiento, la presión de chicharrita se mantiene en niveles bajos en la mayor parte del país.

En este contexto, las perspectivas no solo son positivas para los planteos tempranos, sino también para el maíz tardío, que comienza a transitar etapas clave con un marco sanitario favorable.

En el NOA, una de las zonas endémicas, la chicharrita estuvo ausente en el 48% de las localidades monitoreadas, mientras que un 36% registró capturas en el nivel mínimo, de entre uno y cuatro adultos por trampa.

Persisten algunos focos ya identificados en informes anteriores, con Alto Verde, en Tucumán, como uno de los puntos de mayor atención.

La baja proporción de trampas instaladas sobre maíz —apenas un 9%, mayormente en cultivos de choclo y producción de semillas— se explica por el predominio de siembras estivales tardías en la región.

En el NEA, la otra región considerada endémica, el 55% de las localidades continuó sin detecciones y un 13% mostró capturas mínimas.

Sin embargo, los técnicos advierten el inicio de una fase de incremento poblacional, reflejada en el aumento de categorías intermedias y altas en sitios puntuales, como Comandante Fontana, en Formosa. En esta región, el 40% de las trampas se encuentra instalado sobre cultivos de maíz, lo que mejora la capacidad de detección temprana.

El panorama también es tranquilizador en el Litoral, donde el 65% de las localidades no registró presencia de Dalbulus maidis y un 16% se mantuvo en el nivel más bajo de capturas.

Solo en algunas zonas con maíces en estadios reproductivos avanzados se observaron leves incrementos en la categoría intermedia. Allí, la cobertura de monitoreo es alta, con el 97% de las trampas colocadas directamente sobre maíz.

Las regiones Centro-Norte y Centro-Sur consolidan el escenario de baja presión. En la primera, el 85% de las localidades no tuvo detecciones y un 12% apenas registró capturas mínimas, con el 87% de las trampas sobre lotes de maíz.

En el Centro-Sur, la situación es aún más clara: en el 97% de las localidades no se detectó la plaga y, en el resto, solo apareció en el nivel más bajo, con un 86% de trampas ubicadas sobre el cultivo.

Desde la Red Nacional de Monitoreo subrayan que este buen momento sanitario no debe llevar a relajar la vigilancia. Mantener los monitoreos durante todo el año, tanto mediante trampas como con observación directa de los cultivos, resulta fundamental.

La recomendación es sostener la atención no solo en las áreas de maíz temprano —especialmente donde ya finalizaron las intervenciones— sino también en las zonas de siembra tardía, donde la presencia de maíces voluntarios o “guachos” puede favorecer la supervivencia y multiplicación de la chicharrita y de los patógenos que transmite.

Con un cierre de año alentador y un monitoreo activo, el maíz argentino se encamina a transitar el verano con bases sanitarias sólidas y expectativas productivas firmes.