En la ganadería, los grandes logros rara vez son fruto de la casualidad. Detrás de cada animal que marca época hay años de decisiones difíciles, convicciones firmes y trabajo sostenido.

Ese es el caso de Cabaña El Porvenir, el emprendimiento liderado por Walter Orodá en Quilino, que cerró el ciclo 2024–2025 con una consagración histórica: Mafioso fue reconocido como el segundo mejor toro Brangus del mundo, ratificando el nivel internacional alcanzado por la genética argentina.

Para Orodá, el reconocimiento no es un punto de llegada, sino la confirmación de un camino bien trazado. Tal como expresó, se trata de una noticia que corona un año en el que Mafioso “dio mucho que hablar” y que termina de la misma manera: en lo más alto.

Mafioso: un toro que marcó un antes y un después

El nombre Mafioso ya estaba instalado en la escena ganadera mucho antes del reconocimiento internacional. Su paso por la Exposición Rural de Palermo fue decisivo: Reservado Gran Campeón Brangus y protagonista de una de las ventas más impactantes de los últimos tiempos.

El 50% del toro se comercializó por 272 millones de pesos, un valor récord que sorprendió incluso a sus propios criadores. Orodá reconoce que, si bien el animal venía siendo muy comentado en cada evento en el que participaba, nadie imaginaba semejante resultado comercial.

Hoy, Mafioso se encuentra en bajo el manejo de Select Debernardi, desarrollando una intensa producción de semen que ya comenzó a exportarse a países limítrofes. Un dato que no solo habla del presente del toro, sino también del potencial de la genética Brangus argentina en los mercados internacionales.

Un proyecto sin pausas: genética pensada a largo plazo

En El Porvenir, los premios no detienen el trabajo. Por el contrario, lo potencian. La cabaña mantiene una presencia constante en los eventos más importantes del país, con un objetivo claro: producir animales destacados, funcionales y competitivos, capaces de adaptarse tanto al mercado interno como al externo.

Esa coherencia en la estrategia es la que explica un dato contundente: desde 2008, año en el que se inscribieron los primeros animales, la cabaña lleva 17 años de desarrollo continuo y ostenta 11 premios al mérito de la raza obtenidos de manera consecutiva, un logro excepcional dentro del Brangus nacional.

Empezar de cero en un contexto adverso

El origen de El Porvenir estuvo lejos de ser sencillo. El proyecto nació en una zona compleja, marcada por la aridez, con pocas referencias productivas y en un contexto ganadero difícil. Apostar al Brangus en ese escenario era, en palabras del propio Orodá, “algo fuera de lo común”.

Sin embargo, había una convicción profunda: el Brangus podía adaptarse a ese ambiente y transformarse en una herramienta productiva sólida.

A eso se sumó una pasión temprana por la genética, que Walter arrastraba desde su etapa universitaria, y una mirada de largo plazo que entendía que los procesos ganaderos no admiten atajos.

No había condiciones ideales, ni climáticas ni comerciales, pero sí una certeza: si no se empezaba, nunca iba a suceder.

El impacto de Palermo y el salto definitivo

La primera llegada a la pista central de la Rural de Palermo fue un momento bisagra. El impacto del público, el movimiento, la exigencia del ambiente y la magnitud del evento contrastaban con el origen de una cabaña joven y del interior.

Aun así, los resultados acompañaron desde el inicio: tres campeones de categoría en la primera participación y, apenas un año después, la primera Gran Campeona de Palermo. Desde entonces, la presencia de El Porvenir en la muestra dejó de ser una novedad para convertirse en una constante reconocida y respetada.

Hoy, Palermo es un paso más dentro de un camino consolidado.

El Porvenir: un nombre que anticipó el destino

El nombre de la cabaña no fue una decisión de marketing, sino una señal casi premonitoria. Cuando Walter y su esposo compraron el campo, el predio ya se llamaba El Porvenir. En ese momento no había cabaña, ni infraestructura, ni certezas.

Con el tiempo, ese nombre se transformó en identidad. Primero del campo, luego del proyecto ganadero y finalmente de una cabaña que terminó honrando su propio nombre.

Un legado familiar y una pasión compartida

Hoy, El Porvenir es también una empresa familiar. Los tres hijos de Walter heredaron la pasión por el Brangus y participan activamente del trabajo diario, aportando miradas nuevas pero manteniendo intactos los valores originales del proyecto.

Para Orodá, ese es el mayor logro personal: ver cómo el camino iniciado continúa, con los mismos objetivos y la misma convicción, pero proyectado hacia el futuro.

El Brangus argentino en su mejor momento

El contexto actual es muy diferente al de los inicios. La raza Brangus atraviesa un momento de expansión y excelencia, con cabañas de altísimo nivel, competencias cada vez más exigentes y una genética que no deja de evolucionar.

En ese escenario, El Porvenir no solo es protagonista, sino parte activa de la historia que se está escribiendo. Mafioso ya quedó inscripto entre los grandes, pero representa algo más profundo: la demostración de que la visión, el trabajo y la perseverancia pueden llevar a la ganadería argentina a lo más alto del mundo.