Cosecha récord de trigo: volumen histórico y un serio desafío en calidad industrial

La campaña triguera 2024/25 quedará registrada como una de las más productivas de los últimos años en Córdoba y en gran parte de la región central de la Argentina.

Sin embargo, detrás de los números récord de rendimiento emerge un debate clave para toda la cadena: la calidad industrial del trigo, particularmente en lo referido a proteína y gluten.

Desde el Laboratorio de Calidad del INTA Marcos Juárez, su responsable Leticia Mir advierte que los altos rindes logrados esta campaña estuvieron acompañados por valores de calidad significativamente por debajo de los estándares comerciales, lo que impacta directamente en la comercialización y en la capacidad de la industria para elaborar productos de mayor valor agregado.

Una advertencia que comenzó antes de la cosecha

Las primeras señales de alerta aparecieron incluso antes de que las máquinas ingresaran a los lotes. Frente al crecimiento notable de las espigas y a las proyecciones de rindes excepcionales, el equipo técnico del INTA decidió anticiparse con un relevamiento previo a la cosecha.

"Unos días antes de la cosecha hicimos un relevamiento anticipado porque empezábamos a recibir muchas consultas y alertas sobre la calidad", explicó Mir.

Ese muestreo temprano ya mostraba una tendencia clara: el aumento del rendimiento estaba diluyendo el contenido de proteína y gluten, dos de los principales parámetros de calidad utilizados en la comercialización del trigo y en la industria molinera.

Un relevamiento regional sin precedentes

Con la cosecha ya generalizada, el Laboratorio de Calidad del INTA Marcos Juárez llevó adelante su tradicional relevamiento en acopios y cooperativas, ampliando el alcance territorial.

En total, se recorrieron 108 acopios distribuidos en Córdoba, centro-sur de Santa Fe, norte de Buenos Aires y parte de Entre Ríos.

En cada establecimiento se tomaron muestras representativas del trigo efectivamente recibido, perdiendo la identidad del productor para reflejar con mayor precisión la mercadería que ingresa al circuito comercial y a los silos. Además, se relevaron datos de campaña, rendimiento promedio y volumen acopiado, lo que permitió construir un panorama integral de la región central del país.

Proteína: por debajo del estándar comercial

Los resultados del análisis fueron contundentes. La base de comercialización del trigo en Argentina se ubica en 11% de proteína, y cualquier valor inferior implica descuentos automáticos.

"El 66% de los acopios se encuentra en el rango de 9 a 9,9% de proteína, y otro 22% entre 10 y 11%", detalló Mir.

Esto significa que la gran mayoría del trigo cosechado quedó por debajo del umbral comercial, con descuentos que se aplican de manera acumulativa por cada fracción que se aleja del 11%.

"La mayoría está teniendo descuentos de entre 9 y 12%, e incluso hay lotes que no llegan al 8% de proteína", advirtió la especialista.

Gluten bajo y limitaciones en la industrialización

El bajo nivel de proteína se refleja directamente en el contenido de gluten, otro parámetro clave para el desempeño industrial de la harina.

En la mayor parte de la región central, el gluten promedio se ubicó alrededor del 20%, con algunas excepciones en el norte de Buenos Aires y sectores puntuales donde se alcanzaron valores de 21 a 22%.

"Estos valores pueden servir para la panadería tradicional, pero cuando se avanza hacia productos más industrializados, como pan de molde o pan dulce, resultan insuficientes", explicó Mir.

En este contexto, la industria se ve obligada a ajustar formulaciones, realizar mezclas y recurrir a mejoradores, lo que incrementa costos y complejiza los procesos productivos.

Nutrición, manejo y rendimientos excepcionales

Entre las causas principales de esta situación aparece un factor central: el manejo nutricional fue planificado para rindes mucho más bajos que los finalmente obtenidos.

"El planteo fue pensado para un cierto tonelaje y los rendimientos fueron excepcionales; con esos niveles fue muy difícil sostener la proteína", señaló Mir.

Incluso en los ensayos realizados en el campo experimental del INTA Marcos Juárez, donde se evaluaron dosis normales y duplicadas de fertilización, los resultados mostraron lo complejo que fue alcanzar los estándares comerciales.

Este escenario expone una tensión estructural: para lograr proteína en campañas de rindes tan altos se requieren inversiones muy elevadas, difíciles de asumir desde el punto de vista económico para muchos productores.

El rol decisivo del clima

Las condiciones ambientales jugaron un papel determinante en esta campaña. Las lluvias fueron ampliamente superiores a los promedios históricos.

"Tuvimos precipitaciones entre tres y cuatro veces superiores a lo normal; la lluvia fue la gran protagonista de estos rindes", afirmó Mir.

A esto se sumaron temperaturas moderadas y la ausencia de heladas tardías severas, configurando un escenario ideal para maximizar el rendimiento, aunque con el efecto colateral de diluir la calidad proteica del grano.

Peso hectolítrico: buen desempeño con excepciones

En términos generales, el peso hectolítrico mostró valores satisfactorios, lo que favorece el rendimiento molinero. Sin embargo, no todos los lotes lograron sostener este parámetro.

"Los lotes que se demoraron en la cosecha y recibieron la lluvia del 1 de diciembre tuvieron una merma en el peso hectolítrico", explicó Mir.

Este factor afectó principalmente a los cultivos cosechados más tarde, sumando otro elemento de castigo comercial en algunos casos.

Próximos informes y presentación en Leones

El trabajo del Laboratorio de Calidad del INTA continuará en las próximas semanas con la publicación de nuevos informes.

"En unos 15 días vamos a lanzar el informe de la región central del país", adelantó Mir.

Además, durante las Jornadas Trigueras Nacionales en Leones, en el marco de la Fiesta Nacional del Trigo, se presentará el informe completo de la provincia de Córdoba, elaborado junto a la Bolsa de Cereales de Córdoba.

La campaña triguera deja así un mensaje claro para toda la cadena: los rindes récord consolidan a la región como potencia productiva, pero la calidad industrial plantea un desafío urgente.

El equilibrio entre volumen, nutrición y rentabilidad será clave para sostener la competitividad del trigo argentino en los próximos años.