La alfalfa como protagonista en la vida de un productor cordobés
En previa del gran evento del Clúster de Alfalfa a desarrollarse los días jueves 11 y viernes 12 de septiembre, en el Hotel Nawan Resort, Sinsacate, entrevistamos a Lucas González Martínez. Un apasionado por el cultivo de la alfalfa

Lucas Gonzalez Martinez - Productor de Alfalfa de Arroyito
La vida entre rollos: la historia de Lucas González Martínez y su apuesta por la alfalfa
En las rutas rurales que atraviesan la zona de Arroyito, Córdoba, el verde intenso de la alfalfa se convierte en paisaje cotidiano. Allí, entre lotes alquilados, tractores y rollos que esperan su destino, trabaja Lucas González Martínez, un productor que transformó una intuición en una empresa sólida, familiar y con proyección.
Su historia combina tradición agropecuaria, decisiones arriesgadas y una búsqueda constante por la calidad, en un rubro donde los mercados no siempre ofrecen certezas.
Los orígenes: una vida ligada al campo
Lucas nunca estuvo ajeno a la vida rural. Nació y creció en contacto con el sistema agropecuario argentino, aunque al principio su recorrido tomó otro rumbo.
“Fui comisionista de hacienda varios años, una etapa de mi vida, después de que dejé la facultad. Estudié agronomía, me faltan algunas materias para recibirme, y empecé a trabajar en una estancia grande que tenía un feedlot.”
Ese trabajo lo puso en contacto con productores, con el movimiento de la hacienda y con la dinámica de las grandes estancias. Sin saberlo, allí comenzó a gestarse la idea que marcaría su futuro: la producción de alfalfa.
“Ahí empecé a hacer contactos y hacer comisiones de compra y venta de hacienda; ahí nació mi idea de producir rollos cuteados.”
El salto: apostar por maquinaria con cutter
El verdadero punto de inflexión llegó en la campaña 2017-2018, cuando Lucas decidió incorporar su primera enrolladora con cutter. Esa decisión no fue casual, sino fruto de su capacidad de observar lo que ocurría en los campos.
“He andado por muchos campos y empecé a ver que había mayor cantidad de mixers verticales. El rollo cuteado lo procesan mucho más fácil, y dije: si yo me la juego y meto máquinas con cutter antes que los otros, acá vuelvo primero.”
El riesgo era grande, pero la jugada resultó acertada. Desde ese momento, Lucas se dedicó de lleno a la producción de heno para la venta, un negocio que no solo requería tecnología, sino también constancia y visión de mercado.
Un proyecto familiar con proyección
Aunque él es la cabeza visible del emprendimiento, Lucas no está solo en el camino. La suya es una empresa que respira ambiente familiar.
“La empresa es mía, yo soy el dueño de toda la maquinaria, todo el sistema, pero tengo tres colaboradores en este momento, que dos son cuñados míos y otro es un empleado.”
Ese equipo reducido pero comprometido le permite atender más de 650 hectáreas de alfalfa distribuidas en distintos campos alquilados. “Son dos campos grandes y otras parcelas chicas de 100, 120, 80 o 70 hectáreas, en un radio de 50 a 60 kilómetros.”
Esa dispersión obliga a una logística ajustada y a contar con un parque de maquinaria amplio: nueve tractores, dos rotoenfardadoras con cutter, una segadora doble de 7,20 metros, rastrillos giroscópicos y estelares, además de equipos de labranza y siembra directa.
“Todo el proceso, desde la elección del lote hasta la siembra y la cosecha, lo hacemos nosotros.”
El desafío de la calidad en un mercado sin referencias
La alfalfa, a diferencia de la soja o el maíz, no tiene una pizarra de precios que marque el rumbo. Cada operación se negocia directamente, y eso convierte al negocio en un arte donde la confianza y la calidad pesan más que cualquier número fijo.
“El problema más grande que tienen los sistemas es dónde vender la mercadería. Yo no me largaría a sembrar alfalfa si no tengo a dónde venderla.”
En ese contexto, Lucas aprendió a moverse con paciencia y estrategia. Al principio vendió rollos principalmente a feedlots; hoy, entre el 70% y el 80% de su producción va destinada a tambos, un mercado que demanda forrajes con buena proteína y digestibilidad.
Los resultados acompañan: “En la última campaña promedié 13.180 kilos de rollo por hectárea. El lote que más me dio fueron 23.800 kilos en 38 hectáreas, aunque también he tenido lotes que apenas dieron 7.000 u 8.000 kilos.”
El sueño exportador y sus dificultades
Si bien Lucas no exporta directamente, sí trabaja para compradores que colocan la alfalfa en mercados internacionales. Ese salto abre posibilidades, pero también impone exigencias que pocos logran cumplir.
“Para poder meter un fardo en un contenedor y que viaje 60 días en alta mar, la mercadería tiene que tener menos de 14% de humedad. No es tan fácil decir: hago alfalfa para exportación y me va bien. Es muy complicado.”
Para Lucas, cualquiera puede sembrar alfalfa en Argentina, pero no cualquiera puede producir calidad “suprema” o “premium”. La diferencia radica en la técnica, el manejo y la capacidad de sostener un estándar que convalide precios internacionales.
“Alfalfa hacen todos. El problema es que el resultado sea de calidad y que tenga un mercado que convalide el precio de lo que vos estás haciendo.”
El clúster de alfalfa: un espacio para crecer
Lucas no solo produce: también participa activamente en espacios de formación e intercambio. Desde hace más de dos años es socio del clúster de alfalfa, una red que nuclea a productores, asesores y empresas de toda la cadena.
“Uno se involucra y busca estas relaciones para crecer y para llegar un poquito más lejos de lo que normalmente se puede hacer.”
Por eso estará presente en la plenaria anual del clúster, que se celebrará en Sinsacate los días jueves 11 y viernes 12 de septiembre, con charlas sobre innovación, costos y tendencias en el sector. Para él, estas instancias son clave:
“Vos ves el contenido de las charlas y la gente que va a estar, y te empapás con las cosas de punta de la alfalfa. Así medio como lo creo yo.”
Plenaria Anual del Clúster de Alfalfa
Fechas y horarios
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Inicio: Jueves 11 de septiembre, 14:00 h – Café de bienvenida
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Cierre: Viernes 12 de septiembre, 16:00 h
Costos de inscripción
Socios del Clúster Alfalfa Córdoba
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Del 11 de agosto al 6 de septiembre: $120.000
No socios (Inscripción regular)
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Del 11 de agosto al 6 de septiembre: $160.000
Inscripciones abiertas para todo público
Una historia de vida marcada por la alfalfa
De comisionista de hacienda a productor de referencia, de recorrer campos ajenos a trabajar cientos de hectáreas propias en manejo, la historia de Lucas González Martínez es la de alguien que supo leer las necesidades de su tiempo y apostar por un camino desafiante.
Con su empresa familiar, su parque de maquinaria y su convicción de que la calidad abre mercados, Lucas se consolida como parte de una generación de productores que no solo cultivan, sino que innovan.
“Lo mejor del mundo tiene que estar acá, de punta. Así lo creo y así lo trabajo todos los días.”