El calor erosiona la competitividad, eleva costos de vida y obliga a redirigir recursos a adaptación climática
El calor extremo viene afectando cada vez más a las economías europeas, y el impacto se siente en varios frentes.

1. Producción agrícola y seguridad alimentaria
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Sequías y olas de calor reducen los rendimientos de cultivos como trigo, maíz, olivares y viñedos.
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Aumentan los costos de riego y la necesidad de importar alimentos, lo que presiona la inflación.
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Ganadería afectada: menos agua y pasturas, más estrés térmico en animales.
2. Energía y consumo eléctrico
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Mayor demanda de electricidad por el uso de aires acondicionados, que eleva los precios de la energía.
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Menor capacidad de generación hidroeléctrica por sequías y menos caudal en ríos.
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En algunas zonas, las altas temperaturas obligan a reducir la producción de centrales nucleares (porque se necesita agua fría para refrigeración).
3. Turismo
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El sur de Europa (España, Italia, Grecia) puede volverse menos atractivo en pleno verano por el calor excesivo, afectando el turismo masivo.
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El norte de Europa podría captar más visitantes en verano, modificando los flujos turísticos.
4. Salud y productividad laboral
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Golpes de calor y aumento de enfermedades relacionadas con altas temperaturas elevan los costos sanitarios.
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Reducción de la productividad laboral, sobre todo en sectores como la construcción, la agricultura y el transporte.
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Más licencias médicas y ausentismo.
5. Infraestructura y transporte
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Las vías férreas pueden deformarse, los aeropuertos sufrir retrasos por pistas recalentadas y el asfalto deteriorarse más rápido.
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El bajo caudal en ríos como el Rin o el Danubio afecta el transporte fluvial, clave para las exportaciones alemanas.
6. Finanzas públicas y seguros
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Los Estados gastan más en subsidios agrícolas, obras hídricas y medidas de adaptación.
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Las aseguradoras enfrentan más reclamos por incendios forestales, daños en cultivos y salud, lo que eleva las primas.
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Incendios y gestión forestal
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Más de 439 000 hectáreas quemadas en la UE durante 2025 —el doble del promedio anual desde 2006—, con graves daños económicos, ecológicos y sociales.
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Se estiman que inversiones anuales de alrededor de €1 mil millones en manejo forestal podrían evitar pérdidas por €99 mil millones en el futuro