“Nos están cortando el tronco en vez de podar las ramas”: El futuro incierto del INTA desde Marcos Juárez, con el Dr. Jorge Brunori
Posterior a la publicación del Decreto 466/2025, el Gobierno de Javier Milei oficializó profundas reformas en el INTA, que ahora funcionará como ente desconcentrado y ya no tendrá su histórica conducción tripartita.

Jorge Brunori - INTA Marcos Juárez
La pérdida de la autarquía: ¿fin de una era para el INTA?
El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), una institución con casi 70 años de trayectoria y referente mundial en desarrollo agropecuario, enfrenta hoy una transformación que preocupa profundamente a técnicos, investigadores y productores. El reciente decreto presidencial que elimina la autarquía del INTA y lo somete directamente a la Secretaría de Cultura representa un giro abrupto en su funcionamiento histórico.
El Dr. Jorge Brunori, médico veterinario del INTA Marcos Juárez, explica:
“Se pierde la autarquía, lo cual cuando el Ministro dice que es una caja que tiene el INTA, cuesta explicarle a la sociedad que esa ‘caja’ es un presupuesto autárquico fundamental para realizar investigación y extensión.”
Este cambio administrativo pone en riesgo la independencia que durante décadas permitió que el INTA diseñara y ejecutara políticas y proyectos acorde a las necesidades del sector agropecuario.
Politización y pérdida de gobernanza: el nuevo Consejo Directivo
Uno de los puntos más controvertidos del decreto es la reestructuración del Consejo Directivo, órgano que desde la creación del INTA estaba conformado por representantes mayoritariamente del sector agropecuario (7 de 10 miembros), con solo tres representantes del Gobierno.
Brunori advierte:
“Ahora el Consejo pasa a tener 8 integrantes, cuatro del agro y cuatro del Gobierno, y además el Presidente, que es político y designado por el Gobierno, tiene voto dirimente. Esto implica una politización explícita.”
El cambio implica que el control y la orientación de la institución ya no responderán a los intereses técnicos y productivos sino a criterios políticos, fluctuantes según el gobierno de turno.
Impacto en la extensión y la investigación: un patrimonio en riesgo
El INTA Marcos Juárez no solo es un polo científico, sino que tiene un fuerte impacto territorial. Cuenta con 1.000 hectáreas de experimental, una infraestructura de extensión que abarca más de 500 kilómetros y un equipo de técnicos que trabaja directamente con productores, municipios y comunidades.
“El desguace del INTA afecta a más de 80 familias y a toda la región. Cada técnico que se va, no se repone más,” lamenta Brunori.
Además, destaca que el patrimonio territorial no solo es campo para experimentación, sino que allí se desarrollan programas vitales para la sostenibilidad, como la conservación de suelos y el manejo ganadero.
El INTA no es reemplazable: investigación básica y transferencia tecnológica
Brunori aclara una cuestión clave:
“El INTA hace investigación básica que las empresas privadas no hacen porque no es rentable para ellas. Esa investigación luego se transfiere a través de convenios con más de 80 empresas. Cuando se desmantela el INTA, se pierde ese puente fundamental.”
Ejemplos recientes como la rápida respuesta ante la plaga de la chicharrita demuestran el valor de esta institución para el agro nacional y la economía argentina en general.
Una institución criticada pero fundamental para la ciudad y la región
El INTA Marcos Juárez es, para muchos, una institución infravalorada en su propia comunidad.
“La sociedad de Marcos Juárez es muy crítica, pero nunca valorizó realmente lo que aporta el INTA,” dice Brunori, recordando que eventos como el INTA Expone movilizaron a miles y generaron un gran movimiento económico local.
El impacto económico indirecto, a través del consumo local, la generación de empleo y el impulso a actividades comerciales, es un hecho que se siente a nivel regional.
La esperanza está en el ámbito legislativo
Aunque el decreto ya fue promulgado, Brunori mantiene una esperanza:
“La última puerta para que esto no ocurra es la revisión legislativa. Este decreto debe pasar por el Congreso, y esperamos que los legisladores frenen esta reforma.”
El futuro del INTA está hoy en manos del poder legislativo, y el compromiso de los actores del agro y la sociedad civil será fundamental para preservar la institución.
Conclusión: ¿Se puede actualizar sin destruir?
El Dr. Brunori no niega que el INTA debe reformarse y actualizarse, tarea que realiza constantemente a través de auditorías internas y evaluaciones externas. Sin embargo, lo que denuncia es el desmantelamiento ideológico y político que pone en riesgo una institución que ha sido clave para el desarrollo agropecuario argentino y la seguridad alimentaria del país.
“Nos están cortando el tronco en vez de podar las ramas que podrían mejorar al INTA,” concluye con preocupación.