La cuenta regresiva ya comenzó. Faltan apenas 16 días para que finalice la rebaja temporal de retenciones a las exportaciones de soja, maíz, sorgo y girasol (prorrogada solo para trigo y cebada), y en varias zonas del país el campo alzó la voz ante lo que considera una nueva señal negativa del Gobierno nacional hacia el agro.
En ese contexto, las Sociedades Rurales del Arco Noroeste de Córdoba, encabezadas por la Rural de Jesús María e integradas también por las entidades de Cruz del Eje y Deán Funes, publicaron un comunicado titulado “El campo en la antesala de una nueva desilusión”, en el que expresan una fuerte crítica por el impacto que tendrá el regreso de las alícuotas plenas.
“Lejos de consolidar un nuevo rumbo para el agro argentino, esta medida representa una regresión que no solo afecta la rentabilidad, sino que golpea de lleno la confianza que el sector puso -una vez más- en la posibilidad de construir un país distinto, con reglas claras, previsibilidad y un verdadero federalismo productivo”, alertaron.
Maíz tardío, exclusión anticipada
Uno de los puntos más conflictivos es que en esta región, con una superficie de cinco millones de hectáreas distribuidas en 14 departamentos, la cosecha de maíz es mayoritariamente tardía, por lo que el 30 de junio muchas cosechadoras aún estarán en el campo.
“No habremos concluido la cosecha de maíz; con lo cual, quedaremos fuera de toda posibilidad de encuadrarnos en la rebaja transitoria. Por ello, queremos tener igualdad de derechos en este punto temporal”, reclamaron.
La advertencia no es menor: los productores del noroeste cordobés son mayoritariamente pymes, alejadas de los puertos y con menor escala operativa. El regreso de las retenciones plenas, aseguran, los golpea de lleno.
“Esta historia ya la vivimos, cuando discursos de alivio fiscal terminaron contradichos por hechos similares al que está por suceder”, recordaron, al tiempo que remarcaron que “las promesas de cambio muchas veces se desvanecen, cuando el ajuste recae nuevamente sobre quienes producen”.
Carga impositiva, otro frente abierto
Además de los derechos de exportación, las rurales denunciaron que hay una suma de cargas fiscales que asfixian al productor: impuestos provinciales, tasas municipales y tributos múltiples que, sumados, configuran un escenario de escasa previsibilidad.
“El resultado: menos incentivos para invertir, menos previsibilidad para planificar y más razones para que las nuevas generaciones se alejen del campo”, señalaron con preocupación.
El mensaje final fue claro: “Reclamamos, una vez más, que se escuche al interior productivo. Que se construyan políticas públicas a largo plazo, con verdadero consenso federal. Porque sin campo no hay país y sin confianza no hay futuro”.
Frases clave del comunicado:
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“El campo en la antesala de una nueva desilusión”.
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“Golpea de lleno la confianza del sector”.
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“Queremos igualdad de derechos en este punto temporal”.
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“Sin campo no hay país y sin confianza no hay futuro”.