CASAFE: Biológicos en Argentina, entre la tendencia y el potencial
Luis Mogni, con un diagnóstico preciso sobre el presente del mercado argentino de biológicos. Hoy, esta categoría representa un volumen de 124 millones de dólares, con un 50% enfocado en tratamientos de semillas, particularmente inoculantes para soja. Sin embargo, según Mogni, el crecimiento más notorio se da en los bioestimulantes, que ya explican un 26% del total.
Luis Mogni y Federico Elorza: Biológicos en Argentina, entre la tendencia y el potencial
En el marco del Congreso de Biológicos organizado por la Cámara de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes (CASAFE) en Puerto Norte, más de 1.200 asistentes —entre técnicos, productores, estudiantes y profesionales del agro— colmaron la sala y confirmaron que los productos biológicos ya no son una promesa lejana: son una realidad en crecimiento, aunque aún con desafíos por delante.
Luis Mogni: Una tendencia que vino para quedarse
El primero en tomar la palabra fue Luis Mogni, con un diagnóstico preciso sobre el presente del mercado argentino de biológicos. Hoy, esta categoría representa un volumen de 124 millones de dólares, con un 50% enfocado en tratamientos de semillas, particularmente inoculantes para soja. Sin embargo, según Mogni, el crecimiento más notorio se da en los bioestimulantes, que ya explican un 26% del total.
“Me parece que lo que hay que entender, y que el productor tiene que entender, es cómo resuelve necesidades con este tema de los biológicos.”
La expansión de los bioestimulantes, explicó, responde a una necesidad concreta: recuperar rápidamente cultivos afectados por tratamientos herbicidas agresivos. Allí es donde las herramientas biológicas se vuelven aliadas indispensables para mantener productividad sin aumentar la carga química.
Mogni también subrayó el potencial de los biofertilizantes, sobre todo en una Argentina que todavía no fertiliza al nivel óptimo. “Pensar en biofertilizantes aplicados en etapas foliares es una herramienta muy valiosa, que va a seguir creciendo”, afirmó.
Sobre los bioinsecticidas, aunque hoy representan apenas el 4% del mercado, tienen un horizonte interesante de expansión, especialmente por el aumento de casos como la chicharrita y la necesidad de combinaciones efectivas entre lo biológico y lo químico.
Pese al crecimiento, advirtió que el mercado argentino avanza más lento que otros países, con una tasa del 11% anual. Una de las razones es que localmente existen menos presiones de enfermedades que en otros mercados, pero también hay un cuello de botella evidente: la ausencia de bioherbicidas. Para Mogni, ese será el verdadero punto de quiebre en la masificación de esta tecnología. “Si llegamos a tener alguna solución en bioherbicidas, rompemos el mercado”, sentenció.
Federico Elorza: Información, adopción y la fuerza del interés
Por su parte, Federico Elorza, Coordinador Técnico de CASAFE, compartió la visión institucional y los esfuerzos realizados para entender y acompañar al productor en el proceso de adopción de biológicos. Elorza habló del trabajo que viene haciendo la cámara para generar información confiable y útil, clave en un escenario donde la innovación muchas veces llega más rápido que su entendimiento técnico.
“Se habla muchísimo de biológicos, pero hay poca claridad. Y esa información es la que nosotros queremos traer. Ese espacio lo queremos ocupar.”
CASAFE organizó workshops con referentes del sector, estudios de mercado y un proceso de análisis comparado con países como Estados Unidos y Brasil, líderes en el uso de estas herramientas. A partir de estos insumos, buscan identificar los factores que inciden en la decisión de compra y brindar acompañamiento técnico a los usuarios.
Uno de los datos que más destacó Elorza fue la participación actual de los biológicos en el porfolio de fitosanitarios del país: apenas 3,5% a 4% del total, aunque con una proyección firme. “Estamos creciendo al 11% anual, y eso sin contar con bioherbicidas. Cuando aparezcan, ese número puede aumentar hasta un 30%”, anticipó.
Respecto a la convocatoria récord del evento —que superó ampliamente las expectativas iniciales—, Elorza fue claro: la demanda de información es enorme. Lo vivido en Puerto Norte dejó en evidencia que el productor está ávido de capacitación, y que aún hay mucho camino por recorrer para lograr una adopción plena e inteligente de estas tecnologías.
Una señal de lo que viene
La escena del Congreso de Biológicos de CASAFE dejó más que números: mostró una comunidad técnica movilizada, interesada, deseosa de comprender cómo integrar estos productos al sistema productivo nacional. A pesar de las barreras —regulatorias, tecnológicas o culturales— el rumbo parece claro: los biológicos llegaron para quedarse.
La clave, como coincidieron Mogni y Elorza, estará en entender las necesidades reales del productor, aportar información técnica confiable, y acompañar con herramientas concretas una transición que, más allá de modas, responde a exigencias agronómicas, ambientales y de mercado.