Cataluña y Andalucía ante la situación "crítica" y de emergencia que atraviesan por la sequía
Cataluña y Andalucía han comenzado a movilizarse, en pleno invierno, ante la situación "crítica" y de emergencia que ambas comunidades autónomas están atravesando como consecuencia de la sequía por la ausencia de lluvias.

Andalucía se prepara ya para una primavera y un verano de restricciones de agua en las principales capitales como Sevilla, Córdoba o Málaga si la situación no da un giro de 180 grados y llueve al menos 30 días seguidos, según la previsión que hizo este jueves el presidente de la Junta Juanma Moreno que anunció también la aprobación de un nuevo decreto de emergencia para garantizar el suministro a las grandes urbes y que prevé inversiones por valor de 200 millones de euros, incluyendo 50 millones en ayudas para el sector agrario y también para los ayuntamientos que ya tienen dificultades de abastecimiento.
El Gobierno andaluz viene haciendo desde 2019 una apuesta fuerte por la inversión en obras hidráulicas para minimizar el impacto de la sequía en su economía, pese a lo cual, la Junta calcula que la falta de agua puede lastrar su crecimiento en dos puntos de PIB en 2024, dada su dependencia del turismo y de la agricultura.
Entre 2019 y 2023, el Gobierno andaluz ha aprobado tres decretos de medidas contra la sequía por más de 300 millones de euros. Los dos primeros están ejecutados en un 86%, el tercero está en marcha (se aprobó en abril) y se prepara un cuatro decreto.
Entre otras medidas, se han realizado obras para garantizar el abastecimiento de la población y del regadío hasta incrementar en 252 hectómetros cúbicos los recursos disponibles en los últimos dos años y medio, de los que se han beneficiado más de 3,5 millones de andaluces y 17.300 hectáreas de regadío.
Hasta un tercio de las exportaciones de las empresas andaluzas son productos agroalimentarios lo que permite ofrecer una idea de hasta qué punto la economía andaluza depende de un sector muy vulnerable a la falta de lluvias.
Tras cinco años de sequía severa, los problemas para el suministro del regadío o el abastecimiento humano constituyen todo un golpe a la «línea de flotación» del tejido productivo de la comunidad, según reconocía esta semana la consejera de Economía, Haciendas y Fondos Europeos, Carolina España.
Y, si en 2023, Andalucía se ha dejado ya un punto de PIB en el camino por culpa de la sequía, en 2024 la situación será previsiblemente más severa, frenando el crecimiento de la comunidad en dos puntos de PIB. Como muestra de lo que supone que no llueva, Moreno habló de cómo la cosecha de aceituna se ha reducido un 50%, al igual que ha ocurrido con los cultivos de arroz o algodón.