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Buenos Aires

Cambio y fuera: Una realidad que muestra una economía destrozada, donde el gobierno saliente se tomó hasta el agua de los floreros, vaciando las cajas actuales y futuras en su intento por ser reelecto

"Cambio y fuera, uno llega y otro se va. Todo cambió y nada cambió. Luego de un intenso año de elecciones, todo terminó. Hubo un ganador: Milei. Hubo un perdedor: Massa, más todo lo que representaba. En términos simplistas, perdió la continuidad y ganó el cambio. Pero todos sabemos que el cambio no es una foto sino un proceso y que por ahora la realidad es la misma", dice Zorraquin Meneses en sus apuntes de Noviembre.

27-11-2023

CAMBIO Y FUERA

Una realidad que muestra una economía destrozada, donde el gobierno saliente se tomó hasta el agua de los floreros, vaciando las cajas actuales y futuras en su intento por ser reelecto. Con un escenario social precario, luego de 20 años de intentar inocular en la población el concepto de que “donde hay una necesidad hay un derecho”, como si los recursos fueran infinitos.

El cambio será cultural o no será. Milei obviamente es una incógnita, tanto en sus capacidades como en su personalidad, que iremos develando con el paso de los días. No estamos acostumbrados a que un presidente electo diga “no hay más plata”. Mensaje sencillo de entender en una familia o en una empresa, donde “si no hay plata” se toman decisiones incómodas, dolorosas, no deseadas, pero se toman.

Mensaje imposible de entender en la política, donde parte del negocio consiste en dar la idea (falsa) de que existe la posibilidad de un bienestar permanente para todos y con poco esfuerzo. Tenemos, una vez más, la posibilidad de modificar el rumbo, de hacer algo distinto, de innovar. Existe la ventaja de que todos sabemos que el modelo populista actual no funcionó, no es opción viable, y ejemplos sobran.

Entonces…¿por qué no intentar el cambio? Y ese cambio, guste o no, se hace con la política, con “la casta”. Pero con modos distintos y con personas que demuestren profesionalismo, compromiso con el país y una brutal honestidad. Y con una mayoría ciudadana dispuesta a aceptar que se viene un tiempo de cambio, una transición, que será compleja. Si la paciencia social no aparece, el cambio quedará rengo. Porque hay muchos actores que hoy son parte de la política, de los gremios, de los movimientos sociales, del sector empresario y de algunas corporaciones, que verán afectados sus intereses.

Y no sólo sus intereses ideológicos sino también económicos. Por lo tanto, habrá resistencia. La democracia deberá usar todos sus anticuerpos para aceptar el cambio. No estamos ante un hito fundacional del país sino ante una posibilidad. Un poco de humildad y de saber que Argentina está formada por personas con miradas diversas, dará a los gobernantes la convicción y la templanza de evitar una mirada única, de gobernar para todos. Vale la pena intentarlo. Una vez más.

LA PESADA HERENCIA

Es habitual que cuando asume un nuevo gobierno, al poco tiempo trata de explicar la realidad atribuyendo la culpa a las condiciones en las que recibió el país. Lo que los ciudadanos pretendemos al cambiar de gobierno es que vengan equipos dispuestos justamente a solucionar los problemas de la “pesada herencia”, y no a que la usen para explicar sus fracasos.

Esto no quita que es conveniente repasar y tener en cuenta el estado actual de la economía, porque eso da una idea de la magnitud de los cambios a realizar y, en algunos casos, de los fuertes condicionamientos para poder realizarlos.

A partir de una presentación del economista Esteban Domecq, resumimos algunos indicadores que describen la herencia que deja el gobierno saliente..

  • Déficit Fiscal Primario de 3% del PBI y total superando el 5%.
  • Tarifas de servicios públicos atrasadas; impuestos que se adelantaron y muchas partidas de gasto que aumentaron en los últimos meses.Un gasto público gigante, ineficiente y deficitario.
  • Deuda del gobierno superando los U$S 400.000 millones, en máximo histórico, con el Riesgo País superando 2.400 puntos básicos, el mercado externo completamente cerrado y el mercado interno saturado con deuda doméstica toda indexada. Sin ningún tipo de financiamiento…
  • Inflación mensual de dos dígitos y anual de 140%, con los precios relativos distorsionados y una inercia inflacionaria del 300% anualizada. 
  • Tasa de interés de política monetaria en 133% , con pasivos remunerados (Leliqs y Pases) superando los $ 23 billones, y que ya superan el 10% del PBI. 
  • Un Banco Central quebrado, con reservas negativas en U$S 12.000 M, con el mercado de cambios lleno de cepos, múltiples tipos de cambio, brecha superando 150% y el tipo de cambio oficial fuertemente atrasado.
  • Balanza comercial deficitaria, con más de U$S 55.000 millones de deuda de importadores con proveedores del exterior.
  • Pobreza superando el 40% y en franco aumento, con más del 60% de los niños pobres y la indigencia que ya llega a 10% de la población. 

Sobre este escenario se debe gestionar. Para bien y para mal.

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