En este contexto, Nelson Lambertini, presidente de Mainero, una de las empresas más emblemáticas del sector, analizó el presente de la industria y los desafíos que atraviesa el país.
El panorama actual presenta tensiones económicas, volatilidad y cambios constantes en las reglas de juego. Sin embargo, Lambertini sintetizó el escenario con una sola palabra: desafío.
“Es ver todo como un gran desafío… Todavía estamos en el medio de que se definan un montón de cosas para saber cómo orientarse.”
A pesar de esta complejidad, el empresario ponderó una leve estabilización en algunos indicadores y destacó la necesidad de mantener una visión positiva, especialmente en un día tan significativo para la industria.
Mainero es sinónimo de historia productiva. Con 93 años de trayectoria, la empresa no solo se destacó por la fabricación de maquinaria, sino también por la construcción de un ecosistema de servicios que acompaña al productor a lo largo del tiempo.
Lambertini subrayó que el vínculo con el campo va mucho más allá de la venta del producto:
“No se trata solo de vender la máquina, sino de todo el entorno que va detrás: servicio, acompañamiento, repuestos y concesionarios en todo el país.”
Esa presencia federal, sumada al conocimiento acumulado durante décadas, posiciona a la firma como uno de los actores con mayor solidez en el mercado argentino.
El titular de Mainero remarcó que, a pesar del esfuerzo del sector privado, aún existen necesidades pendientes del Estado, especialmente en materia de financiamiento accesible.
Según explicó, el productor necesita herramientas crediticias estables y sostenibles que permitan invertir sin comprometer su dinámica productiva. La falta de líneas adecuadas sigue siendo un obstáculo para la renovación de maquinaria en un mercado que exige cada vez más eficiencia.
Lambertini fue claro:
“Falta un poco más de apoyo del Estado en la parte crediticia. Hay que tener un poco más de paciencia unos meses más y pensar que en 2026 todo podría estar más estabilizado.”
El empresario destacó un aspecto clave: en la Argentina, el productor agropecuario es uno de los principales motores de innovación tecnológica. Su nivel de conocimiento, adopción de herramientas digitales y actualización permanente obliga a la industria a estar a la altura.
“El productor argentino es de punta a nivel mundial. Eso exige investigación, desarrollo, ingeniería y calidad para estar a la altura.”
Hoy el productor dispone de una mayor oferta de maquinaria —nacional e importada— y ese abanico de opciones impulsa a las fábricas a redoblar esfuerzos en tecnología y competitividad.
Mainero, como tantas industrias del rubro, no solo produce máquinas: genera empleo calificado, impulsa el desarrollo territorial y refuerza la cadena productiva que sostiene a cientos de localidades agroindustriales.
La industria metalmecánica, uno de los pilares del interior productivo, sostiene puestos de trabajo especializados y agrega valor en origen, un factor fundamental para evitar la emigración de jóvenes y fortalecer las economías regionales.
En el cierre de la entrevista, Lambertini agradeció el reconocimiento y destacó el compromiso de todo el ecosistema agroindustrial:
“Gracias por estar siempre acompañando a la industria de la maquinaria agrícola.”
El Día de la Maquinaria Agrícola se convierte así en una oportunidad para reflexionar sobre el rol estratégico del sector, su capacidad de innovación y su impacto en la economía nacional.
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