El mercado ganadero de Rosario (Rosgan) lanzó una señal de alerta en su informe semanal: las inundaciones en el centro y norte bonaerense comienzan a modificar el escenario de la ganadería argentina. A esto se suman tasas más altas y el repunte del precio del maíz, que encarece el costo de alimentación en los corrales.
“Lo que venía siendo una campaña relativamente benigna desde el punto de vista climático, ha comenzado a complicarse”, resume el reporte titulado Cambio de escenario: nuevamente el clima se impone y obliga a replantear estrategias.
Las intensas lluvias del último fin de semana agravaron el exceso hídrico que ya se registraba en zonas del centro-norte bonaerense, sur de Santa Fe y sudeste de Córdoba. Con campos anegados, accesos cortados y caminos intransitables, el movimiento de hacienda se demorará hasta que las cargas puedan retomarse.
En el caso de los campos mixtos de Buenos Aires, donde predomina la invernada pastoril, la situación empuja a una mayor dependencia del encierre en feedlots para completar la terminación de los animales.
Según datos al 1° de septiembre, los corrales de engorde acumulan 1,98 millones de cabezas, un nivel históricamente alto. Si bien aún habría margen físico para recibir un nuevo pulso de hacienda desplazada por las inundaciones, la ecuación económica se complica.
El índice de reposición (ingresos/egresos) cayó a 0,76, el valor más bajo para ese mes en 15 años. Esto refleja una menor entrada de animales respecto de las salidas, en un contexto de costos crecientes y financiamiento más caro.
En síntesis, el clima dejó de ser un aliado y pasó a convertirse en un condicionante. Con más hacienda disponible por las inundaciones, tasas en alza y un maíz que encarece la dieta de los corrales, la ganadería enfrenta un nuevo tablero en el que las decisiones productivas y comerciales deberán recalcularse.
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